4.11.07

La enigmática vampirización del Sr. Bueno

El Sr. Bueno, misteriosamente, fue vampirizado. Esto fue un shock para más de uno, que lo conocía tan tierno y apacible, tan bondadoso y correcto. Todos buscaban una explicación más o menos coherente para el hecho de que le hayan crecido colmillos y de que una huraña malicia haya brotado de su interior. Y uno dice más o menos, porque nadie, al final de cuentas, supo qué le había sucedido, ni siquiera él mismo.

Algunos encausaban la transformación por envenenamiento. Estaban certeros en la idea de que algún malvado hubiera puesto algo en la bebida del Sr. Bueno, convirtiéndolo en este Mr. Hyde.

Otros sostenían que fue por influencias poco convenientes, que llevaron al Sr. Bueno por caminos tortuosos y oscuros. Siempre se necesita a alguien que lo empuje a uno, dicen ellos.

Un grupo reducido, y bastante creyente, aseguraba que fue obra de Mefistófeles, que tentó al Sr. Bueno y le hizo firmar un contrato. La venta del alma, según ellos, lo inscribió al club más infame de la existencia.

Hubo un par que clamaban que el Sr. Bueno siempre fue así y que simplemente estuvo actuando toda su vida un papel que se cansó de interpretar. Para ellos, la bondad no existe ni existió nunca y es sólo un rostro de papel que oculta intenciones de lo más macabras.

Algunos atribuían el vampirismo de Bueno a la frustración. Ellos, los más depresivos, veían en él a una persona demasiado idealista para un mundo tan perverso. Finalmente abrió los ojos y se dió cuenta de cómo eran las cosas.

Uno solo dijo que el Sr. Bueno estaba pasando por una etapa, que ya se le iba a pasar.

Un puñado de personas dudaban de todo lo anterior, pero se les ocurrió que quizás fuera que el Sr. Bueno hubiera querido experimentar cosas que no haría jamás, cambiar de piel por un tiempo.

Tres muchachos, un poco incrédulos de la situación en general, se reían y decían que ese no era Bueno, que no podía ser él, y que si era, que estaba jugándoles una broma a todos.

La cuestión es que el Sr. Bueno, vampirizado y todo, completamente maligno y perverso, no sabía qué era lo que le había sucedido. No podía explicar su comportamiento aberrante y no salía del asombro. Retrocedía en su mente e investigaba, pero no encontraba indicio alguno de algún cambio en particular. Esto lo mantuvo mucho tiempo ensimismado en sus pensamientos, intentando deducir de dónde había salido tanta maldad.

En mi opinión, al Sr. Bueno no le pasó nada. Si hubiera dejado de ser bueno, no se preguntaría por su conducta, y simplemente se interesaría en proseguir con un plan malévolo o en conquistar el mundo.

3.11.07

carrousel

un polvo dorado revolotea en la brisa estival que se arremolina fugazmente formando torbellinos y ciclones de ventisca dorada, completando los espacios vacíos entre los objetos con áurea fantasía de color.
una sonrisa se dibuja en el rostro gris del joven que huele las notas del verano en el aire, un gesto de leve satisfacción y de honorable tranquilidad. las hojas secas del plátano ya no cubren su cara y pequeñas flores comienzan a brotar de sus cabellos.
el reinado de helios ha comenzado nuevamente, renaciendo de las cenizas oscurantistas de la hibernación del ánima. las radiaciones caniculares de la magnánima corona real se esparcen por todos los rincones, iluminando hasta los corazones más endurecidos.
las manchas de sangre se evaporan dejando un rastro oscuro en la tierra. las plantas se inclinan a juntar la vida esparcida por sobre la planicie benevolente y metamorfosean los estigmas en frutos de sabiduría.
la rueda nuevamente da una vuelta con su psicótica música de carrusel. los caballos suben y bajan, los tigres observan el cambio y los unicornios festejan altivamente el mecanismo divino de la vida de carnaval.