7.1.12

Diálogo nocturno

La noche es más oscura. ¿Qué es la luz? Una mera línea sobre un fondo infinito, indefinido. "La noche de lo innominado", un concepto que siempre me agradó. La falta de luz, eso es la oscuridad. El silencio, eso es la oscuridad. En la penumbra, la luz sigue existiendo, definiendo, martillando, cincelando brutalmente el cuerpo eterno de la noche. Es necesario romper la línea, quebrarla, fraccionarla, silenciarla. El silencio.


En el silencio surge la oscuridad más profunda. La noche es más oscura. Abraza, borra, deshace. Paradójicamente, devora la existencia de las cosas. Todo se pierde en la noche. ¿Qué se pierde? Las cosas. Lo concreto. Lo abstracto. El todo. El todo es innombrable. El todo es abominable. La noche es el todo. ¿Qué es la luz? La luz es una línea. Una línea es una sucesión infinita de puntos. Un punto es indivisible. Un punto es inmensurable. Un punto no es nada. Una sucesión infinita de nadas. La luz es la nada. La noche es el todo.

Hoy la noche es más oscura. Cuando la luz no es nada, sólo queda oscuridad. Las estrellas se hunden en el infinito espacio. El reflejo de la luna se precipita hacia el abismo. Perder los ojos en el horizonte. La vista se hace borrosa. Los detalles se pierden. La luz cobra su verdadero ser.

Detalles. Todo parece ser un reservorio de detalles. La noche surge entre los delicados adornos que la luz le esculpió. Trozos de noche en el suelo. Un detalle. De las infinitas palabras que gritan el sentido de las cosas, sobresale la oscura verdad del silencio. El ser es inmenso, sobrecogedor. El ser calla su verdad. Su verdad es callar.

La luz hace gritar a la noche. Tortura desde tiempos inmemoriables el secreto de la oscuridad. El silencio enloquece a la luz. La luz se desespera y redobla su esfuerzo. Se empeña. Se empecina. Se enfurece. Lacera violentamente la noche de lo innominado. La oscuridad es un buen confidente. La luz hace gritar a la noche. La noche permanece en silencio. La luz grita. Tras la sombra se esconde el sentido de la luz. La sombra es el sentido de la luz. La noche guarda celosamente su sentido. La línea penetra profundamente en la oscuridad y se pierde. Una sucesión infinita de puntos. Un punto infinitamente sucedido. Instantes en la noche. La noche es un instante. Un instante es un detalle en la inmensidad del tiempo. La luz exclama. La luz nombra. La noche calla. La oscuridad es su silencio.

Un golpeteo constante. Toc. Toc. Toc. Lo hueco de la noche. El martillo de Nietzsche. No, la noche es maciza. El silencio es macizo. El silencio es impenetrable. La línea se pierde penetrando lo impenetrable. La luz es su propia sirena. Luces en la noche. El día es la noche iluminada. El día es la noche. El día calla. La luz es su silencio, aunque no lo sepa.

La locura de la luz. Una búsqueda interminable. La luz paranoica. Se siente engañada. La noche calla. La luz se indigna. Violenta la boca de la noche. Brota sangre. La oscuridad brota de la noche. La oscuridad brota de la herida. La oscuridad brota de la "herida". Lo innominado ya dijo todo. La luz permanece insatisfecha.

El silencio. La tranquilidad del silencio. La noche es su propia noche. La luz es de la noche. Esta noche es más oscura. Un detalle, quizás, imperceptible. Al final, todo es una sumatoria de detalles. ¿Detalles? Ya no.

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