9.1.08

Profecía de la Divina Providencia

This could get messy
and I don't seem to mind

Ah, cuán complicado es esto. Yo, caminando directamente hacia la pared que sé que va a ser aquella en la que me han de fusilar con las palabras más dolorosas que una persona puede llegar a escuchar. Incluso he llegado a vislumbrar el futuro, en una especie de ataque adivinatorio, en un arranque de oráculo, y he conocido tus exactos verbos y sustantivos. Tu lengua va a ser filosa, lo sé, lo sé... Me va a cortar al medio y me va a esparcir por tantos lugares, como hicieron con Osiris alguna vez en la historia, y sé que la hemorragia va a ser larga y duradera, casi disecante, y que quizás quede seco de la angustia. Sí, lo llegué a ver, pude ver el abandono futuro, la gran avalancha que se avecina nosécuándo, destruyendo todo a su paso. Y no sólo tus letras escupidas van a marcarme al rojo vivo, sino también tus acciones. Voy a sucumbir ante el peso de todo el daño que me vas a hacer. Hasta vos lo sabés, hasta vos me lo querés hacer saber, hasta vos me lo advertís reiteradamente. Tenés una etiqueta de peligro, de toxicidad, de alto voltaje y a mí casi me chupa un huevo. Es como esperar la inminente caída del rayo sobre un ciprés en medio de la tempestad más violenta, contando los segundos que separan el luminoso resplandor de la estrepitosa llegada del trueno que indica que mi corazón se ha partido por tercera vez. Y tercera es la vencida. Y tres es un número que tanto significa... Padre, Hijo y Espíritu Santo... Sota, Caballo y Rey... Alma, cuerpo y espíritu... Creador, Preservador y Destructor... Es la destrucción, la consumición de todo lo que yo podía llegar a pensar, porque así lo indica el ciclo. Lo vi, lo vi en las borrosas imágenes que me brinda la Providencia, lo vi en el fondo de tus pupilas que tanto encandilan, porque esconden el fuego que ha de quemarme, que ha de deshacer furiosamente cada fibra del alma mía. Y al hacerlo, al dejarme desarmar, sé que vamos a liberar lo contenido, lo que Pandora había de cuidar en su caja y que tan estúpidamente dejó escapar. Cubrirá absolutamente todo la oscuridad, y no importará ni el calor ni la inflación ni el precio de la Coca-Cola, porque lo único que va a ser menester es escapar de la ira que consume, que destruye, porque mi caída va a ser un dominó en espiral y va a contagiar en rugiente absolutismo. Y no habrá revolución que nos salve, y no habrá agujero negro que me trague. Lo sé; lo vi; sucederá.

Y si puedo evitarlo, si puedo escapar de destino tan profético y apocalíptico, tan eternamente doloroso; si puedo defender la existencia de ánima tan inocente, ¿por qué me seduce la idea de continuar avanzando hacia semejante patíbulo? Porque tus palabras, tus acciones van a desencadenar todo, y no tu maldad; porque es una ilusión, una invención de tu cabeza, que te hace sentir verdaderamente algo, pero la maldad no existe. No, no será ella la responsable, sino tu inocente creencia en su existencia. Y yo me dejaré arder en las llamas de la perdición sólo para demostrarte la verdadera crueldad de la humanidad, la única respuesta a todas las calamidades de la Tierra: El ser humano no es malo, pero puede ser tan cruel como su imaginación se lo permita.

Mientras el corazón me oprima el pecho con su imponente latido, la caja permanecerá cerrada, pero, ¿quién garantiza la salvación el día en el que sus fibras se hagan polvo?

No comments: