When we are tired at home

Internet está cambiando al mundo. Demasiado, quizás. Nos está quitando las costumbres del correo, de escribir a mano, de llamarnos por teléfono, de mandarnos tarjetas de felicitación, de ver películas en el cine, de comprar un CD de música, de ir a la casa fotográfica, de ir a la biblioteca, de comprar libros, de consultar el diccionario, de escribir ortográficamente correcto, de ir al supermercado...
Así como lo dijo el sabio Giles, en Buffy La Cazavampiros (Santo Dios, ahora la estoy citando...), las computadoras no tienen el encanto que tiene un libro, su olor, su tacto. Y ahora vengo a descubrir que es cierto.
¿Qué será de nuestras vidas cuando todo sea controlado por Internet?
¿Será como la MATRIX? ¿Seremos todos gordos y nos quedaremos sentados en nuestras casas, con computadoras conectadas a nuestro cerebro? ¿O seremos todos estéticamente perfecto dado a que las cirugías estéticas TAMBIÉN se harán por Internet?

Piénsenlo un segundo:

El BUM de los fotologs. El BUM de los blogs. El BUM de los foros. Todo concuerda con lo que se haría normalmente en una plaza donde se reunían amigos o simplemente se juntaban a discutir ideas diferentes o a compartir conocimientos.

Las escuelas también están en Internet, por medio de los famosos 'Tutoriales'. Recetas para cocina, recetas para drogas, recetas para venenos. Instrucciones para armar juguetes, instrucciones para cambiar la rueda de un auto, instrucciones para la vida. Reglamentos constitucionales, reglamentos de tránsito, reglamentos de la moda. Mapas.

Sí, ya lo sé, vengo usando Internet hace rato, pero todavia me cuesta asimilar la idea de que todo eso no existe materialmente, que es mera estática adherida a un disco de plástico magnético.

¿Qué sucederá cuando todo esté dentro de esos discos de plástico y haya un gran cortocircuito?

Los quiero ver...