2.1.07

combustión espontánea

Se durmió feliz y se despertó feliz más de una vez en la semana. Todos los días, para ser más preciso. La vida le dio un vuelco y ahora tenía algo por qué sonreír.
Caminaba por la calle y empezó a sentir humo. Azufre y carbón, olor a asado. Sus brazos combustionaron y se prendieron en llamas. Su pelo se volvió ceniza y su piel se derritió. En cuestión de segundos, explotó, y sólo quedó de él una masa deforme en la vereda. Los únicos vestigios que de su vida quedaron son el polvo de su ropa y el piercing que colgaba de su labio.
El fulgor del incidente atrajo a curiosos. Muchos se preguntaron el por qué de semejante estallido. ¿Por qué una persona se prendería a sí misma, espontáneamente, evaporando su sangre y deshaciendo sus carnes? A lo que apareció un hombre, de esos que vagan por la ciudad observándolo todo y descifrando acertijos, de los que se visten excéntricamente, con gorro con pluma verde y anteojos oscuros con incrustaciones preciosas. Con las pieles colgando de su papada, respondió:



- Se había dormido feliz y se había despertado feliz. Uno tiende a perseguir la felicidad, y cuando la encontró, no quedó más que extinguirse. ¿De qué sirve una vida si no se puede escapar de ella por lo melancólica que es?
El humano no está preparado para el regocijo, por eso sabotea su tranquilidad.
Cuando uno se va a dormir contento, ¿no aparecen preocupaciones en la mente para hacernos despertar angustiados? Cuando uno no se puede sentir mejor, ¿no recibe un diagnóstico que dice Cáncer?
No esperen, mis amigos, que este muchacho que ante nosotros yace haya durado más tiempo. Tarde o temprano, la vida lo iba a alcanzar, y lo iba a empujar a la muerte.

A la mayoría le pareció más o menos razonable lo que dijo el sabio, por lo que siguieron su rumbo. Algunos comprendieron sus palabras, otros no entendieron, mas no vieron el por qué de quedarse viendo las cenizas por más tiempo. Un niño recogió el piercing y se lo guardó. Luego vino un barrendero y puso el despojo humeante en el tacho de basura.

Ley de gravedad: Todo lo que sube, tiene que bajar (Tarde o temprano).

3 comments:

Anonymous said...

pequeña acotación: tu uso de la racionalidad es EXCESIVO
me pone nerviosa este texto
dejá fluYir todo, que la felicidad te atrape, te llene, te queme, y te deje tirado por éxtasis que te hace sentir
lo que viene después, que venga solo

3,14159 said...

Sabes que en mi blog aparecés como anonimo?
Que raro... =S

Y éste texto me lo habías mostrado en aquellas épocas doradas, que se volvieron grises enseguida :P
jaja

un beso grande.
ya no te mando más abrazos, no se si los archivas o se los das a otros, o los guardás, o que.

MA Xx said...

Ey!
Muy bueno, me gusto mucho.
MA_Xx